¿El feminismo no es igual a igualismo?

En la actualidad, en todos los países desarrollados parece que ya se dan por superados los temas concernientes a la igualdad de los sexos. Incluso diría que no solo se dan por superados sino que ya parece que a muchos les chirría la sola mención de la palabra feminismo. Hace unas semanas, una compañera de clase colgó en facebook una imagen en la que decía lo siguiente: “las mujeres no salieron de una costilla de Adán, pero los hombres sí salieron del útero de una mujer NO+MACHISMO”. Y cuál fue su sorpresa, al momento de compartir la publicación amigos suyos  se sintieron ofendidos y comentaron la imagen frivolizando acerca del tema; uno dijo algo así como: Que idiotez por dios. A esto se le da la vuelta fácilmente: la mujer salió a su vez del pene del hombre, mientras que otro dijo que -parafraseo- la existencia del feminismo solo se sustenta con la existencia del machismo y que el movimiento feminista emplea la misma estrategia ideológica que el machismo: supremacía de un sexo sobre el otro, y que por lo tanto, el feminismo es igual de hipócrita que el machismo, y que lo más justo sería el igualismo.

Pero, ¿es que acaso el feminismo no surge para reclamar la igualdad de la mujer respecto al hombre? ¿quién ha dicho que el feminismo reivindique la superioridad de la mujer? Son aquellos movimientos radicales del feminismo que han llegado a la misandría los responsables de haber creado una concepción errónea de lo que supone ser feminista. El feminismo no implica menospreciar u odiar al sexo opuesto, tampoco implica ser lesbiana, ni tampoco la superioridad del sexo femenino.
Ser feminista tampoco va ligado a una determinada estética ni vestimenta, a un determinado corte de pelo o llevar pantalón en lugar de falda; ser feminista no implica el rechazo a la moda o a llevar tacones, ni tampoco el rechazo a los productos cosméticos. A una mujer le puede gustar o no maquillarse y arreglarse, igual que a un hombre, y eso no implica una determinada inclinación sexual ni tampoco es una cuestión de género. Sería absurdo pensar que la preocupación por el aspecto físico y el uso de productos cosméticos es una cuestión únicamente femenina, pues cada vez son más los hombres que usan cremas antiarrugas, que se depilan y que necesitan una hora y toda una gama de productos capilares para arreglarse el pelo antes de salir de casa, y al mismo tiempo, hay multitud de mujeres que salen de casa con la cara lavada y sin peinar. Llegados a este punto se me vienen las siguientes cuestiones: ¿una mujer, por el hecho de ser mujer, debe sentir la necesidad de ir guapa y arreglada a todas partes? ¿un hombre, por el hecho de ser hombre, debe sentir la necesidad de no arreglarse? ¿las mujeres que no se arreglan habitualmente es porque son lesbianas? ¿los hombres que se arreglan habitualmente es porque son homosexuales?

Obviamente la respuesta a todas estas preguntas es NO. Hoy en día las cuestiones de género son cada vez más difusas, estamos inmersos en la era de la liberación sexual y ello ha traído consigo cambios importantes en cuanto a la concepción del género. No diríamos que un hombre es homosexual por el hecho de depilarse ni tampoco diríamos de una mujer que no se maquilla que es lesbiana. Y es que pertenecer a un género o a otro no implica nada, ser hombre no implica ser musculoso y fuerte, ser mujer no implica obsesión por la moda y la belleza, sino que las implicaciones de género son impuestas por la sociedad patriarcal, la cual define los modelos y roles a los que debe ajustarse la sociedad dependiendo de su sexo. Estos roles y modelos (estereotipos sociales) se nos transmiten desde que tenemos uso de conciencia y llegan a insertarse en nuestras estructuras cognitivas de manera inconsciente, lo cual provoca que lo percibamos de forma normalizada: nadie es consciente de hasta qué punto reproduce un rol social (un estereotipo) hasta que toma conciencia de ello. Desde los comienzos de la civilización, a la mujer siempre se le ha asignado un rol pasivo, es cierto que en la prehistoria lo lógico fuese que la mujer se encargara del cuidado del bebé y el hombre de la caza, pero era una cuestión de supervivencia de la especie, sin embargo, tal asignación deja de tener sentido en las sociedades modernas. Ahora pensaréis, bueno la mujer ya ha conseguido acceder al voto, a la educación, formar parte del mundo laboral, poder ser madre soltera, es decir, ya ha conseguido la anhelada independencia. Pero ¿hasta qué punto es esto real? La mujer del siglo XXI puede votar, pero ¿tiene relevancia política? ¿el número de mujeres políticas es igual al de los hombres? La mujer del siglo XXI puede trabajar, pero ¿tiene las mismas oportunidades que los hombres para acceder a los altos puestos? ¿el salario laboral es el mismo para las mujeres? ¿en el terreno artístico y cultural es igual de influyente la mujer que el hombre?


Vamos a ver, pensemos en nombres destacados de pintores, escritores, directores de cine, actores, músicos o cantantes del siglo XX-XXI, seguro que a muchos se os vienen nombres como Picasso, Salvador Dalí, Andy Warhol, Marcel Duchamp, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, George Orwell, Aldous Huxley, J.R.R Tolkien, Isaac Asimov, Sigmund Freud, Carl Gustav Jung, Marcuse, Foucault, Eduard Punset, Charles Chaplin, Alfred Hitchcock, Walt Disney, Woody Allen, Tim Burton, Steven Spielberg, James Cameron, Quentin Tarantino, Matt Groening, Pedro Almodóvar, Alejandro Amenábar, Elvis Presley, Frank Sinatra, John Lennon, Paul McCartney, Jimi Hendrix, Bob Marley, Mick Jagger, Iggy Pop, Michael Jackson, Kurt Cobain, Marlon Brando, Brad Pitt, Johnny Depp, George Cloony, Antonio Banderas... ahora pensemos en nombres de mujeres influyentes artística y culturalmente: Frida Kahlo, Marie Curie, Simone de Bouvaire, Virginia Woolf, Isabel Allende, J. K Rowling, Rita Hayworth, Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Nancy Sinatra, Cyndi Lauper,Whitney Houston, Madonna, Britney Spears, Christina Aguilera, Rihanna, Julia Roberts, Angelina Jolie, Scarlett Johansson, Kate Moss... este listado de nombres son los primeros que se me han venido a la cabeza, y lo que quiero dilucidar con todo ello es lo siguiente: si pensamos en mujeres influyentes por cuestiones culturales e intelectuales solo se me viene el nombre de algunas escritoras como Virginia Woolf, Simone de Bouvaire, Isabel Allende, Alfonsina Storni, Delmira Agustini, Elena Poniatowska, Naomi Klein, Belén Gopegui, María Dueñas y la creadora de Harry Potter; si pensamos en pintoras de gran éxito solo se me ocurre Frida Kahlo, y si pensamos en el mundo de las ciencias el único nombre que se me viene a la cabeza es el de Marie Curie. Es decir, en el terreno cultural e intelectual la mujer tiene una escasa presencia en comparación con los hombres, incluso en nuestros días, lo cual resulta muy paradójico teniendo en cuenta que hay más mujeres que hombres en la universidad.

Ahora bien, si pensamos en mujeres influyentes en el mundo de la moda, del cine y de la música comercial, es decir, mujeres influyentes de los mass media, la lista podría ser interminable, y todas ellas presentan la misma característica en común: su perfecta belleza. Es más, incluso dentro del mundo de la moda, el papel principal que desempeña la mujer es el de modelo, pues el número de mujeres diseñadoras famosas está muy por debajo del número de diseñadores de renombre (haced la prueba). Lo mismo sucede con el mundo del cine, pues el papel que desempeña la mujer básicamente es el de actriz, ¿o acaso se os ocurre el nombre de alguna directora de cine? A mí no, pero directores de cine se me ocurren muchísimos.
Además, en el terreno de los deportes, ¿os habéis dado cuenta de que el fútbol, las motos GP y la fórmula 1 son deportes que solo pertenecen a los hombres? ¿de verdad creéis que a las mujeres no les gusta jugar a fútbol, ir en moto o conducir un fórmula 1? ¿y por qué hay que separar a hombres y mujeres cuando se trata de los deportes? ¿es porque se da por supuesto que en los deportes las mujeres no podrán alcanzar el nivel de los hombres? Una mujer puede ser igual de veloz que un hombre, puede tener la misma resistencia que un hombre y la misma fuerza que un hombre, todo es cuestión de voluntad y entrenamiento, entonces ¿por qué desde pequeños se nos separa en el deporte? ¿por qué acatamos esa norma sin extrañarnos?
Por último, en en el plano de la música comercial, si quieres triunfar importa más que estés buena que tus dotes musicales, pues prácticamente ninguna de las cantantes famosas es compositora y la voz se puede retocar hasta el punto de que casi todas las cantantes parecen tener la misma voz. Ahora os quiero formular la siguiente reflexión, ¿qué os sugiere el hecho de que la mujer esté muy por debajo respecto al hombre en el terreno cultural e intelectual, y sin embargo, en el terreno de los medios de comunicación (moda, revistas, TV, cine, música comercial) tenga tanto protagonismo?

Volvemos a lo mismo, lo que más se tiene en cuenta de una mujer es su belleza, si una mujer quiere triunfar en el terreno artístico el requisito indispensable es su físico, si no es despampanante no tiene absolutamente nada que hacer. Seguro que muchos y muchas pensaréis algún nombre de una cantante que no sea extremadamente atractiva, como por ejemplo Amy Winehouse, pero tened en cuenta que Amy fue compositora de todas sus canciones, o quizá se os venga el nombre de una cantante cuyas tallas no sean 90-60-90, como es el caso de Adéle, pero yo creo que son excepciones muy escasas. Sin embargo, con los hombres no pasa lo mismo, a nadie le importa si el cantante de System of a Down, Red Hot Chili Peppers, Guns N Roses o ACDC está bueno o no, ni tampoco se espera que Artic Monkeys o Eminem graben videoclips en los que aparezcan casi desnudos y con actitudes sensuales y provocativas. Lo mismo sucede con los actores,  Adam Sandler, Ben Stiller o Jack Black, por ejemplo, no han triunfado por ser excepcionalmente atractivos sino que demuestran personalidad como actores. A los hombres, en el plano artístico, se les mide y se les juzga por su talento, y no por su físico.




 


Los hombres no están tan masivamente expuestos a los medios de comunicación como las mujeres, un claro ejemplo de ello podrían ser los videoclips; estos son fundamentales cuando se trata de las cantantes, como si la canción fuese una excusa para lanzar un videoclip extremadamente provocativo y sensual. Pensemos en el polémico videoclip de Wrecking Ball en el que Miley Cyrus aparece completamente desnuda encima de una bola de demolición y chupando cosas como un martillo, ¿os imagináis a Justin Bieber o Will.i.am desnudos con actitud provocativa encima de una bola de demolición? Sería ridículo ¿verdad?, y sin embargo nos parece normal cuando se trata de una mujer. Lo mismo sucede con los videoclips de Katy Perry, Rihanna, Beyoncé, Lady Gaga, Shakira o Niki Minaj cuyo único objetivo es mostrarse lo más provocativas posible. Y no creáis que esto de los videoclips es algo sin importancia, pues la prueba de ello es la cantidad de visitas que reciben, las cifras rondan desde los 59.111.182 millones hasta los 730.290.475 millones de visitas.




Lo más triste de toda esta explotación audiovisual de la mujer es que las consumidoras más vulnerables a todo ello son sin duda las adolescentes, y precisamente es a ellas a quienes van destinados tales vídeos, para que ya desde bien jovencitas crean que lo único importante que tienen que ofrecer es su físico, que valen lo que vale su físico, y así se logra toda una generación de chicas cuya autoestima estará por los suelos, y todas las consecuencias que ello pueda acarrear en la edad adulta. Y aquí está la raíz del problema al que pretendía llegar: el feminismo logró que la mujer pueda votar, que pueda trabajar, que pueda tomar decisiones concernientes a su estado civil y a la maternidad, en definitiva, la mujer del siglo XXI puede ser independiente económicamente, pero ¿es también independiente psicológica y emocionalmente?

Mi opinión es que no, y me baso en el rol social que sigue desempeñando la mujer en la actualidad, el cual no dista demasiado del que desempeñaba en el siglo XX. Han cambiado las formas, pero el contenido sigue siendo el mismo, y esto lo vemos día a día en la TV, en el cine, en las series, en las redes sociales, en la publicidad, en los videoclips, en las revistas femeninas, en la calle, en los colegios, en los institutos, en las universidades, en las tiendas, en los centros comerciales, en multitud de familias y en las relaciones sociales. La mujer continúa presentando comportamientos y actitudes pasivas de cara a los hombres en la mayoría de las veces, y esto sucede de forma casi inconsciente, lo llevamos tan arraigado debido al fuerte peso de la tradición y la manipulación de los medios que casi es imposible desprenderse de este rol que nos ha tocado, de este rol impuesto, que no hemos pedido ninguna de nosotras sino que nos viene dado por el hecho de ser mujeres en un mundo gobernado y regido por hombres. El hecho de que en la actualidad hayan arrasado en ventas novelas como Perdona si te llamo amor, Cásate y sé sumisa, Crepúsculo y Cincuenta sombras de Grey, da mucho en qué pensar sobre la situación de la mujer en nuestros días.

Por todo ello, aquellos y aquellas que sigan pensando que el feminismo es un movimiento de mujeres “poco femeninas” que se creen superiores a los hombres o que van de víctimas, lo único que os puedo decir es que estáis muy equivocados acerca de la lucha del feminismo, que os estáis quedando en el plano más superficial del problema, y que la violencia de género es la punta más visible del gran iceberg. No pretendo convencer a nadie de que haya que ser feminista, me valdría tan solo con poder haceros reflexionar acerca de todo ello.


Artículo escrito por Conchita Alvarez Diez.

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